¿Recuerdas a tu mejor amiga? ¿O a tu madre, padre, hijo, hermana… Esa persona por la que realmente te preocupas y por la que siempre estás ahí, a cualquier hora, para cualquier cosa que necesite. Aquella a la que solo le das buenos consejos y un apoyo incondicional.
Le recuerdas lo hermosa e importante que es y que debe cuidarse a sí misma. Ese ser especial que te permite sacar a relucir tus mejores cualidades: amor, compasión, empatía… Esa persona con la que puedes ser la mejor versión de ti misma. ¿No es afortunada de tener una amiga como tú? ¡Claro que sí!
Pero luego, cuando llega el momento de ser tu propia mejor amiga y tratarte de la misma manera y con el mismo afecto, vacilas. Te conviertes en una persona diferente, ¡a veces incluso desagradable! «Soy fea», «No soy lo suficientemente buena«, «Otros son más inteligentes que yo», «Nunca tendré éxito»…
¿Por qué te comportas de esta manera? Pues la verdad no lo se, pero en fin, después de todo, cada una de nosotras tiene diferentes motivaciones para autolesionarse. Pero ¿sabes qué? Se necesitaría tan poco para cambiar tu vida… un par de sonrisas más frente al espejo, una palabra amable cuando te sientas desmotivada… tal cual como lo haces con tu mejor amiga.
¿Por qué no intentas ser la versión más amable de ti misma contigo misma por una vez? Haz salir lo mejor de ti, PARA TI. ¿Qué es lo peor que podría pasar? Vamos… corre frente al espejo y mírate. Ahora di algo agradable a la persona que ves frente a ti. ¡Vamos, que nadie te ve!